Una vez desmontado el cambio y el embrague, lo primero que hay que hacer es efectuar un examen visual de las superficies de trabajo del volante bimasa. De hecho, según el tipo de rodaje que haya realizado el vehículo, nos encontraremos con situaciones distintas, pero existen parámetros que se mantienen comunes a todos los kilometrajes. Normalmente, es habitual detectar indicios de desgaste, estrías, manchas causadas por calor/depósito de material de fricción del disco, que indican que el volante se ha sobrecalentado.
Pero, ¿cuándo un sobrecalentamiento se considera normal y cuándo resulta problemático para el volante? La directriz a seguir es que, si la superficie de fricción con el disco está sobrecalentada con restos continuos o con manchas, pero el sobrecalentamiento no ha alcanzado la parte interna del volante (incluimos fotos, se encuentran en los folletos técnicos), seguramente no habrá problemas relacionados con el calor al que ha estado sometido el volante. En este caso, quiere decir que el calor debido a las fricciones ha sido eliminado correctamente por la masa secundaria sin afectar el rodamiento central u otras partes internas del volante.